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viernes, 24 de diciembre de 2010

Mangas verdes.

Melón malo nunca muere.
Melón pepino (osea) sobrevive gracias a fantásticas negligencias, inesperados despropositos y exhuberantes desmanes.
Así bien uno de los mejores conciertos del año este de dios 2010 en Mandril fue el que este tal Quintron y su inseparable Miss Pussycat ofrecieron.



Yo en realidad fui a ver, sin mas compañia que mis amigos invisibles, Garbanzo Negro y La Portera Asesina, a los caballos de dusseldorf, que les teloneaban, pero su actuación duro apenas 12 minutos. Entretanto tiré tres copas, alguna de ellas sobre alguna de las extrañas formas de vida que se congregaron en aquel agujero, dije varias inconveniencias a un par de chicas, y otro par de maromos no dejaron ya de vigilarme amenazantes el resto de la noche.

Se intentó guardar la compostura aún a sabiendas de que mi bonita bicicleta de colores estaba siendo robada fuera de aquel antro en el que a mala hora decidí entrar.

También mi camara de fotos volvió a romperse como catolicamente hace en cada evento de tales características.

Desde luego no hay dinero en el mundo para pagar veladas así.
Como dice Txarly, el limite es ese lugar donde los desamparados nos convertimos en invencibles.
Eso si, el concierto fue cojonudo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravilloso el piano-truck de estos mendas!!!!